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Aportes sobre corrupción en la contratación pública.


Enriquecimiento ilícito, testaferrismo, asociación ilícita, evasión de divisas y lavado de dinero son las aristas detestables de un mismo mal llamado corrupción.

Poseer dinero en si no es malo, tener lo suficiente para vivir con decoro resulta gratificante, y si administrar con eficacia los recursos provenientes de una actividad económica legítima nos permite mantener una economía sana, ¿qué más bendición se podría pedir a DIOS, luego de una excelente salud?.

Santo Tomás de Aquino, filósofo, teólogo y clérigo italiano en su libro “La teoría del justo precio” expone que toda actividad realizada por el ser humano debe ser guiada por la ÉTICA, que inclusive en el comercio (negocio) debe existir ÉTICA, considerando que todos durante nuestra existencia siempre compramos o vendemos algo.

Corrupción, ¿síntoma de descomposición social?.

Hablando de dinero, el deseo de superación es inherente al ser humano y, esto es una cosa, pero la codicia y obsesión por el dinero, es otra muy diferente.

Ya en el tema de la contratación, lamentablemente existe gente codiciosa -cuyo dios es el dinero- y que con tal de obtener riqueza o bienes, no le importa ¿cómo?, pues su objetivo supremo es tener, tener y más tener (acumular), y, si para dicho fin material debe recurrir a cualquier método, no se complica porque no le importa.

No le importa que el prójimo también tenga necesidades;

No le importa que exista la sana competencia;

Porque dice “yo soy un vivísimo” y se cómo conseguir dinero, cómo ganar ese contrato. No más es cuestión de sobornar.

La ambición conduce al acaparamiento de contratos y afecta el derecho de los demás al trabajo.

En el juego de la corrupción, la estrategia del “toma y daca” apunta a dos términos clave (reciprocidad-colaboración), e involucra a dos deleznables personajes.

Corruptor, el que da.

Corrupto, el que recibe.

Corruptor, el individuo inescrupuloso y capaz de lo que sea por dinero o bienes. Personaje típico de una sociedad descompuesta, inmoral, egoísta con el prójimo, atraído por lo ajeno.

Corruptor, quien incentiva la transacción, que para volverlo interesante oferta un porcentaje del valor pactado en el contrato, o a su vez, obsequia algo como pago por el beneficio recibido.

Como consecuencia del hecho corrupto se encarece el bien o servicio, volviéndolo muchas veces de pésima calidad, sólo basta recorrer ciertas vías y obras para comprobar esta aseveración.

Corrupto, el que se enriquece a costa de sus semejantes.

Corrupto, quien abusa de su cargo, función o investidura.

Es razonable entender que la naturaleza humana está llena de imperfecciones por lo que siempre seremos proclives al error, como nadie es perfecto -salvo DIOS-, permanentemente erramos de una u otra forma.

Los niños por ejemplo, unos son más despiertos (pilas), les denominamos “avispados”, mientras que a los tranquilos (quietos), les atribuimos un sinfín de calificativos peyorativos.

A tan corta edad quedarse con el vuelto, mentir, no hacer los deberes, copiar en los exámenes son conductas típicas que los padres y maestros reprochamos; ahí la importancia de la corrección oportuna, ahí el valor del ejemplo, el compromiso de una ÉTICA expresada en hechos, porque con acierto reza una frase:

“LOS NIÑOS APRENDEN LO QUE VIVEN”

No puede un Papá corregir con autoridad a un Hijo si no es su modelo a seguir.

No puede un Maestro increpar a su Discípulo si no actúa con integridad.

No puede un Dirigente exigir de sus dirigidos lo que no se exige a sí mismo.

Nadie es capaz de DAR lo que NO TIENE.

El Líder, Dirigente o Autoridad: paternal, política, religiosa, deportiva, cultural, militar, policial, etc. es un ESPEJO en donde se ven los demás.

Debo apelar a la institucionalidad educativa y cultural en la formación del ser humano con una rigurosa fundamentación ética, empezando en la educación inicial, pasando a la básica, superando la media y culminando la superior para que se reposicione y fortalezca la educación en valores.

Yo siempre expreso éste mensaje:

“La educación se aprende en las aulas; más la formación, en los hogares”.

El estado y sus instancias académicas están en deuda con las colectividades del mundo en el tema ÉTICA; los nuevos profesionales adolecen de fallas de educación integral.

Ejemplos sobran, a diario aparecen denuncias de hechos dolosos, de actos inmorales que son cometidos justamente por abogados, ingenieros, economistas, médicos, tecnólogos, enfermeras, militares, policías y hasta religiosos.

Pienso que las universidades, escuelas politécnicas y centros de educación superior deberían RETIRAR la licencia del profesional involucrado en casos de corrupción, porque afectan su imagen pública.

¿Cómo opera la corrupción institucional?

Sucede que dentro mismo de las instituciones públicas y privadas están enquistados los mañosos y pícaros, integrantes de aquella casta especial de “sabelotodo”; especialistas en el modus operandi correspondiente, poseedores de la experticia pertinente.

Son los que en todo gobierno o administración se encuentran listos para sacrificarse por los demás, ellos y sólo ellos son:

“Los que tienen más experiencia que los demás”;

“Los más preparados”, que se las saben todas y si no saben o algo nuevo aparece, pues se ingenian e igual, todo lo solucionan.

Son quienes hacen “el trabajo sucio”, expertos en el amarre, son los PhD en viveza criolla y forman parte del engranaje; su reto es “hacerlo bien y no dejar huella.

!!No puede ser que una persona maneje dos o más contratos, mientras que otros mendiguen por uno!!. Tal es el caso que en la administración municipal anterior, los medios locales de comunicación reportaron el caso de cierto contratista “privilegiado” quien tuvo a su haber varios contratos, violando la ley de contratación pública, lo que puso en evidencia que este apadrinado afectaba el derecho de otros ofertantes, por una parte, y que hubo un claro y típico abuso de autoridad, por otra.

Tomando en cuenta que el 10% de coima se ha generalizado, inclusive la población ve al negociado “como algo normal”.

No se puede admitir, ni se debe permitir que el derecho al trabajo de los conciudadanos quede a discreción del personaje político de turno en el poder, o a cargo de quién a éste delegue y, por tanto sea el que decida.

Porque está en contra de la corrupción, porque me cae mal o simplemente, no es mi coideario político, ni aportó para mi campaña.

¿Entonces, qué hacer?

En la ley orgánica del sistema de contratación pública y código orgánico integral penal mediante urgente reforma:

* Sancionar con la muerte civil a todo servidor público por delitos contra la administración pública, (incluye los de elección popular), con cárcel e inhabilitación perpetua.

* Sancionar con la muerte civil a todo contratista corruptor, con cárcel y congelamiento de bienes o dinero.

* Establecer la obligatoriedad del sorteo en presencia de los ofertantes interesados y ante notario público.

* Prohibir la adjudicación de dos o más contratos a la misma persona o empresa.

* Destitución inmediata del cargo por incumplimiento de la ley orgánica de economía popular y solidaria (que intenta fortalecer a las cooperativas, gremios y asociaciones).

* Destitución inmediata del cargo por incumplimiento de la ley orgánica de discapacidades, que en la práctica excluye a éstas personas, cuando por el contrario, ordena beneficiarlas.

Las autoridades tienen la altísima responsabilidad de administrar el dinero ajeno precisamente mejor que el propio, porque siendo ajeno es sagrado, y por tanto debe ser bien invertido, eficientemente gastado para que las obras sean muy bien hechas.

Entonces la población volverá a confiar en ellos, los jóvenes intervendrán en política, aparecerán nuevos liderazgos; será el fin de los politiqueros pícaros y mediocres.

Mensaje a los “maniseros” y a quienes se sientan aludidos: si no están satisfechos con su salario: “dedíquense a otra actividad, bien puede ser a los negocios, pero lícitos; además sepan y entiendan que inclusive en negocios, hay normas que respetar.

Propongo la creación de una ordenanza ético-cívica en los GADs provincial, municipal y parroquiales para reconocer al ciudadano íntegro, al contratista honesto, al fiscalizador correcto, al servidor público decente; que año tras año y en sesión solemne se incentive el desempeño laboral efectuado con pulcritud y respeto a la fe pública.

#HistoriasAmazónicas

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